Expertos en nutrición advirtieron que las dietas veganas deben observar algunos cuidados. La principal precaución, señalaron en diálogo con este diario, es reemplazar proteínas y minerales que se obtienen de la carne por aquellas que provienen de vegetales y cereales.

Jonatan Konfino, médico de la Fundación Soberanía Sanitaria (FSS), aseguró que el veganismo no representa un “riesgo para la salud” y que el problema de la alimentación argentina es la obesidad y la desnutrición en los sectores populares.

Luego de las manifestaciones de activistas veganos en el predio de La Rural, algunos debates públicos comenzaron a cuestionar las consecuencias de adoptar una dieta vegana. “El veganismo la única precaución que debe tener es reemplazar estas proteínas de origen animal por otro tipo de proteínas”, sostuvo Konfino. En este caso, deberían mezclarse cereales y legumbres.

“Nosotros no necesitamos alimentos, necesitamos nutrientes”, afirmó Mónica Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN). Respecto al calcio, que puede obtenerse mediante el consumo de lácteos, Katz señaló que se debe tener en cuenta la biodisponibilidad, es decir, la proporción del nutriente que puede ser absorbida por el cuerpo.

“Los lácteos tienen biodisponibilidad alta que va del 35 al 45 por ciento, mientras que una bebida derivada de almendras o de sésamo tiene una biodisponibilidad del 10 por ciento”, explicó y concluyó que esto no representa un problema y sólo “tenés que comer más”.

El principal problema para los veganos, según Katz, es la vitamina B12, que sólo se encuentra en alimentos de origen animal. Una persona que siga una dieta vegana “debe tomar suplementos o consumir alimentos que ya vienen fortificados con esta vitamina”, afirmó la nutricionista. La ausencia de la B12 puede traer problemas cognitivos.

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“Otro aspecto complicado es el hierro”, advirtió la presidenta de la SAN. Los cereales y legumbres, afirmó, tienen antinutrientes (compuestos que dificultan la absorción de nutrientes) naturales y “cuando vos no comés carne, tenés que consumir más legumbres y cereales” para obtener el hierro que el cuerpo necesita. “Esto pasa especialmente durante la transición, después el cuerpo se acostumbra”, aseguró.

Por su parte, Konfino explicó que existen recomendaciones nutricionales, comprendidas en las guías alimentarias para la población argentina, que indican la proporción en la que las personas deben consumir los distintos grupos alimentarios. Según esta guía, para que una persona mayor de dos años tenga todos los nutrientes necesarios, la mitad del plato debe estar compuesto por frutas y verduras. También se debe consumir mucha agua, poca sal y proteínas.

Para Konfino, “el eje tiene que estar puesto en hacer las cosas con responsabilidad”. Si bien es recomendable que quienes quieran adoptar una dieta vegana realicen una consulta con el nutricionista, advirtió que “no tenemos que patologizar este tipo de decisiones personales, son elecciones”.

“Siempre es respetable hacer una elección del patrón alimentario que quieras, pero sí es importante que te sientes y te preguntes por qué lo vas a hacer”, afirmó Katz. Asimismo, destacó que para realizar este cambio en la alimentación se “requiere un cuidado y una dedicación muy grande”. “Si te parece que lo vas a hacer bien, adelante”, dijo.

Konfino opinó que el veganismo no representa un problema para la salud alimentaria de los argentinos. “En Argentina hay epidemia de sobrepeso en niños y adultos – advirtió-. Mi preocupación tiene que ver con gente que consume alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas y que hoy, con la situación económica que atraviesa el país, no logra tener una dieta a base de alimentos saludables. El Estado se ocupa poco de dar respuesta a eso”.

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Los sectores que ven más afectada su alimentación debido a la crisis económica, sostuvo Konfino, son “los sectores vulnerables” donde afirmó que prevalece al mismo tiempo la desnutrición y el sobrepeso. “No es que la desnutrición es propia de los sectores populares y el sobrepeso de quienes comen bien”, aclaró.

Para Konfino, es necesario que el Estado promueva políticas públicas que favorezcan una alimentación saludable, especialmente en los sectores populares. “Bajó el consumo de frutas, verdura, leche y carne. Eso no fue por los veganos”, aseguró el integrante de la FSS. Al comprar alimentos, las familias, señaló Konfino, “eligen en base a lo que cuesta” y los productos del programa “Precios Esenciales” conforman “una canasta obesogénica” porque no incluye frutas ni verduras.

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