Muy solicitados por estos días, la conducción radical volvió a la Casa Rosada para coordinar la campaña. Quieren autonomía en sus distritos.

Como nunca antes en los casi cuatro años del gobierno de Cambiemos, la cúpula de la UCR fue tan solicitada en la Casa Rosada. Por tercera vez en lo que ve de la semana sus principales dirigentes llegaron a Balcarce 50, esta vez convocados por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, para “coordinar” la campaña electoral para las generales del 27 de octubre tras la dura derrota en las PASO. Allí, los gobernadores y legisladores radicales ratificaron la decisión de tomar en sus manos la campaña en los distritos que gobierna y en los territorios que hegemoniza sobre sus socios políticos, con una metodología más tradicional y alejados del “fracasado” sistema big data que impusieron Peña y el asesor presidencial Jaime Durán Barba. En el macrismo se resignaron a aceptar el golpe de timón proselitista de la UCR, para mostrar unida a la alianza oficialista que se aferra a la ilusión de una remontada “épica” en octubre que los posicione en un hipotético ballottage con el Frente de Todos.

«Se analizó la situación y la estrategia a seguir distrito por distrito», afirmaron fuentes de la UCR tras el encuentro en Casa de Gobierno. No hubo mayores detalles. Hasta allí llegaron para compartir un almuerzo con los ministros los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), los jefes de los interbloques parlamentarios de Cambiemos Mario Negri (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado), y el diputado tucumano José Cano y el senador chaqueño Angel Rozas, como integrantes del Comité Nacional. El gran ausente volvió a ser el titular del radicalismo y gobernador mendocino Alfredo Cornejo, de vacaciones en Costa Rica.

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Loa radicales dejaron sentada la postura que terminaron de definir sus diputados en una reunión de bloque a puertas cerradas en el Congreso: despegarse de la campaña que el gobierno diseño a nivel nacional y pasar a definir su propia estrategia en los territorios que gobierna y los que ostenta mayor peso que sus socios del PRO. Una decisión, que al día siguiente comunicaron al interbloque de Cambiemos, que los gobernadores Morales y Valdés expresaron en su paso por Casa Rosada el mismo miércoles y ratificada por la tarde en el Comité Nacional.

La oleada nacional que cosechó el Frente De Todos también arrastró a la derrota de la UCR en territorios propios: Mendoza, Jujuy y Corrientes. Los gobernadores radicales ya habían desdoblado su suerte de la reelección presidencial: Morales consiguió otro mandato en Jujuy con el peronismo dividido; Valdés logró una amplia diferencia en las legislativas correntinas (la gobernación se pone en juego recién en 2021) y Cornejo capeó en junio la disputa interna con el PRO en Mendoza y dejó a su delfín en condiciones de sucederlo, pero la caída en las Paso nacionales puso en riego la gobernación que los mendocinos definirán el 29 de septiembre.

Por eso la UCR considera que podrán “salvar la ropa” en octubre con una campaña “más tradicional” –a su estilo— e intentar provincializar la elección en esos territorios. Pero el gobierno se reservará el comando en Córdoba, donde a pesar del peso de la UCR considera el apoyo a Macri como votos propios.

De todas maneras, buscarán mostrarse sólidos en su alineación con el Gobierno. Ya trabajan en la convocatoria de respaldo a la administración de Cambiemos para el sábado 24 de agosto que agitan en las redes sociales. En la propia página web del Comité Nacional de la UCR se replican las reproducciones del video con que el actor y correligionario Luis Brandoni invita a movilizarse para “dar vuelta” la elección.

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