Cristian Aldana, el exvocalista de El otro yo, fue condenado a 22 años de cárcel por “abuso sexual gravemente ultrajante en concurso ideal con corrupción de menores en cuatro oportunidades” por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 25. La jueza Ana Dieta de Herrero, la única mujer del Tribunal, se pronunció en disidencia y pidió una condena de 35 años, al igual que había hecho el fiscal del caso, Guillermo Pérez La Fuente. Sin embargo, Aldana fue absuelto en dos de los siete casos por los que estaba acusado porque los abusos, al momento de ser denunciados, habían prescrito. El músico no estuvo presente en la lectura del veredicto.

A las cuatro y media de la tarde, el TOC Nº 25 (integrado además de Dieta por Rodolfo Goerner y Rodolfo Bustos Lambert) leyó el fallo del juicio que se inició en mayo de 2018 contra Aldana por abusos ocurridos entre 1999 y 2010. En ese momento, las víctimas, en su mayoría seguidoras de El otro yo, tenían entre 13 y 16 años. El Tribunal rechazó el pedido de nulidad del juicio hecho por la defensa del músico y lo condenó por mayoría de sus miembros a 22 años de prisión por cuatro de los siete casos en los que estaba implicado. Además, se determinó que se tomen muestras del ADN de Aldana para incorporarlas al Registro Nacional de Datos Genéticos.

La sala de audiencias estaba abarrotada de amigas de las querellantes y militantes feministas que gritaron y vivaron cuando escucharon que Dieta de Herrera se había pronunciado en disidencia. Cuando los jueces se retiraron, las chicas empezaron a cantar “Ya no nos callamos más” mientras se abrazaban y sonreían aliviadas.

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Ariell Carolina Luján, una de las siete querellantes, estuvo sentada atrás de su abogada, Gabriela Conder. Tenía puesta una remera amarilla –al igual que otras jóvenes que estaban en la sala– que decía “Trust no macho” en letras negras. Luján fue la primera en acudir a la Justicia para acusar a Aldana, pero su denuncia quedó archivada. En ese momento, la joven tenía 21 años. Ahora, ella y otras jóvenes abusadas por el músico pudieron declarar en el juicio, al igual que casi un centenar de testigos.

“Me hubiera gustado que fueran más años. Para mí los violadores tendrían que estar de por vida en cana”, opinó Luján. En 2016, ella, Felicitas Marafioti y Carla Di Palma hicieron un video que se volvió viral en el que contaban los abusos que sufrieron por parte de Aldana. Luego, ratificaron su denuncia ante la Justicia. “Son una cantidad de años que sientan un precedente para los casos de abuso sexual en la infancia y de violencia de género que es muy necesario y muy importante –celebró Luján–. (El proceso judicial) ayuda para que otras personas puedan hablar sin vergüenza, sin culpa, y puedan nombrar a las personas que las violentaron y las abusaron”

“Todas las víctimas eran niñas, casi adolescentes”, aseguró Sebastián Da Vita, el otro abogado de la querella. Sostuvo que Aldana utilizaba su fama para, de esta manera, obligar a las chicas realizar prácticas sexuales que “de ningún modo pueden considerarse consentidas”. Conder y Da Vita solicitaron 20 y 40 años de cárcel respectivamente.

La audiencia comenzó cerca del mediodía con las últimas palabras de Aldana. El exmúsico, que está con prisión preventiva desde 2016, posó con un cartel que decía “Sin defensa no hay juicio”, frase que repitió varias veces en los 25 minutos que habló. Al igual que había hecho en audiencias anteriores, Aldana se victimizó y aseguró que estaba “convencido de que desde antes que arrancara el juicio” iba a ser condenado y que ya había “una condena mediática” que había presionado al Poder Judicial.

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El exvocalista de El otro yo apuntó también contra el fiscal Pérez La Fuente y dijo que los 35 años de pena que había solicitado era “algo irracional”. También señaló que el fiscal contó con la asesoría de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM). Según Aldana, la institución buscaría “usarme como trofeo” porque persigue a “músicos independientes”. “La UFEM, buscando visibilizarse, me utiliza”, argumentó.

Aldana también sostuvo que “desde diciembre no tengo defensa”. Su abogado, Rodolfo Patiño, fue apartado por faltar dos veces al juicio sin avisar, y a fines de junio renunció su nuevo defensor, Nicolás Grasso. “Mi reclamo permanente es tener un abogado eficaz y de confianza”, afirmó el exmúsico y denunció que nunca confió en su defensa actual, integrada por Cecilia Durand y Fernando Robio, porque fue “impuesta por el Tribunal”.

Aldana siguió victimizándose y aseguró que en su juicio “se rompieron todas las garantías de los Derechos Humanos”. Incluso se animó a comparar el proceso judicial a los crímenes cometidos durante la última dictadura cívico-militar. “Esto es muy parecido o peor”, acusó y dijo que se hizo “lo que quiso el Tribunal”, el cual “se manejó de forma arbitraria”. “Mi voz no ha sido respetada ni escuchada”, agregó.

“Yo no soy culpable de lo que me acusan porque no soy violador, ni abusador, ni un violento”, sostuvo Aldana y aseguró que pidió careos con las jóvenes que lo acusan, pero que no se los concedieron porque “no podrían sostener la mirada porque es mentira”. “No hubo abuso de ninguna manera”, se defendió.

Aldana finalizó sus últimas palabras leyendo un pasaje de la Biblia. “En los tribunales Reina la maldad y la injusticia”, citó y solicitó no estar presente cuando se lea la sentencia. “Me voy a ir a dormir en paz porque estoy defendiendo mi verdad. Que Dios los bendiga a todos”, finalizó.

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Tras el fallo y más allá del acting de Aldana, sus víctimas y quienes las acompañaron se abrazaron, lloraron y terminaron a toda voz con la consigna “El patriarcado se va a caer”.

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