Los jueces del Tribunal Oral Criminal N° 1 de Quilmes dictaron un fallo ejemplar contra un hombre que en 2014 se aprovechó en varias oportunidades de dos niñas de 9 años.

Un efectivo retirado de la Policía Bonaerense fue condenado a 18 años de prisión por los abusos sexuales de su propia hija y de la de su pareja, dos niñas de 9 años a las que ultrajó en reiteradas oportunidades entre julio y noviembre de 2014, en viviendas ubicadas en Quilmes y Berazategui.

La decisión fue tomada por los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Quilmes, quienes encontraron penalmente responsable a Pedro González de Olivera por los delitos de «abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo», en el caso de su hija, y «abuso sexual simple», respecto de la hija de quien por entonces era su novia, a quien vejó a través de «tocamientos».

El ejemplar fallo coincidió con el pedido de la fiscal Mariel Calviño, quien había solicitado 18 años de prisión para el hombre por esos mismos delitos.

En tanto, la defensa particular del imputado, de 66 años, pidió a los jueces Cecilia Maffei, Pablo Pérez Marcote y Pablo Pereyra su absolución, o en caso de condena que sea por la cantidad de tiempo que lleva detenido, desde septiembre de 2017.

Calviño dio por acreditado durante el debate que entre los meses de julio y noviembre de 2014, en dos viviendas ubicadas en Quilmes y Berazategui el ex policía violó a su hija. En ese lapso, la niña tenía 9 años y sufrió reiteradas violaciones en esos inmuebles por parte de su propio padre.

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Además, al agente jubilado también lo acusaron por el abuso de la hija de su pareja que tenía la misma edad, aunque, a diferencia de la otra niña, en el caso de ella no hubo «acceso carnal», de acuerdo a lo acreditado durante el juicio.

Cámara Gesell

Para definir la condena, los magistrados del TOC N° 1 de Quilmes valoraron las pericias realizadas a las dos víctimas, quienes -durante el transcurso del juicio- declararon en Cámara Gesell ante especialistas psicológicos que acreditaron sus dichos.

La denuncia contra González de Olivera fue impulsada en el año 2014 por la madre de una de las pequeñas, que señaló que las dos criaturas fueron víctimas de abuso sexual por parte del ahora condenado en primera instancia. La mujer notó una actitud extraña en una de las menores y, luego de hablar con ella, se enteró del infierno que ambas estaba padeciendo.

Apelación

Ahora, la defensa a cargo del doctor Daniel Brola apelará el fallo ante una de las salas de Casación de la Provincia.

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