Señalan que la crisis disparó la falta de pago de créditos: pasó a ser del 1,8% en 2015 al 3,9% en 2019. 

Llegar a fin de mes es un problema para miles de trabajadores argentinos. Y para las empresas, también. Durante los últimos dos años, la morosidad del sistema financiero argentino se duplicó. Mientras en diciembre de 2015 la cantidad de créditos impagos era del 1,8%, el dato se aceleró a partir del año pasado, para llegar a duplicarse y ser del 3,9% en febrero de este año, según un relevamiento realizado por el Laboratorio de Economía Nacional e Internacional.

La situación cobra mayor dramatismo al señalar que para fines de 2017 el índice era casi idéntico al de dos años atrás. Pese a lo negativo del dato, los analistas señalan que aún hay margen antes de entrar en una verdadera crisis. El informe señala que durante la peor crisis argentina, en el año 2002, el índice había trepado hasta el 40%.

La morosidad de un crédito se define como una situación en la que el deudor se ha retrasado tres meses en el pago de los intereses y/o el principal de su deuda. Se trata de una situación de alto riesgo pero que aún no ha caído en la categoría de crédito fallido (irrecuperable).

Dentro del mercado, se lo toma como un indicar del riesgo de las entidades a la hora de ofrecer un préstamos a persona o empresas. «Esta aceleración de la morosidad ocurrió durante 2018, producto de la recesión económica, que de no cambiar se estarían generando las condiciones para un escenario de depresión económica, dependerá de las herramientas que utilice el gobierno para reactivar la economía real y que se frene la morosidad y los cheques rebotados», advirtió a minutouno.com el investigador Ernesto Mattos, que asimismo resaltó que la cadena de pagos no está rota.

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«La morosidad del sistema financiero en el caso argentino alcanza en el sector privado un 3.8% y en el público un 3.6% ambos datos si los comparamos con los restantes países de la región, la Argentina, es la tercera economía con mayor morosidad del sistema financiero, el primero es Colombia, el segundo Uruguay», agregó Mattos, autor del informe. La cifra es la más alta desde el 2008, durante la crisis financiera global.

Sin optimismo

El reporte del Laboratorio de Economía Nacional e Internacional va en línea con lo señalado por la consultora First Capital Group, que señaló meses atrás que el índice había llegado al 3%. Ambos están basados sobre los datos que publica mensualmente el Banco Central de la República Argentina, que exhiben el desmejoramiento de la capacidad de pago de la economía argentina.

«La retracción del mercado sacudió fuerte la demanda y las ventas de las principales cadenas de consumo masivo se desploman», sostuvo Augusto Quiñones, analista de First Capital Group. Y agregó: «Al mismo tiempo, la política monetaria contractiva del BCRA genera una fuerte restricción al financiamiento de las empresas, lo que explica los grandes aumentos en la morosidad».

La perspectiva, agregaron, no es buena dado que no ven una baja de las tasas de interés ni mejores condiciones crediticias para los próximos meses.

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