La fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner obligó al replanteo de la estrategia electoral de todas las fuerzas. Schiaretti apuró la convocatoria que definirá el futuro de Alternativa Federal. Lavagna sostiene su rechazo a las PASO y se diferencia de Massa, que insiste en mantenerlas. Cambiemos, en estado deliberativo, discute qué hacer ante el nuevo escenario

El lanzamiento de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner obligó a apurar los tiempos de los que pretenden subirse a la competencia presidencial, lo que dejó al descubierto las disputas dentro de Alternativa Federal. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti –quien viene tratando de actuar como coordinador del espacio–, organizó una cumbre para mañana. Pero antes de verse las caras tanto Roberto Lavagna como Sergio Massa buscaron marcar la cancha y ratificaron sus aspiraciones presidenciales. “Lo primero que hay que resolver es si algún integrante se quiere ir con Cristina o con el Gobierno”, azuzó Lavagna, un dardo destinado a Massa, quien desde hace tiempo mantiene el diálogo abierto con el kirchnerismo y ahora propone un ambiguo “acuerdo amplio” para ganarle a Mauricio Macri. La estrategia de Alberto Fernández para terminar de atraer a este sector es mostrar el apoyo mayoritario a un armado de unidad por parte de los gobernadores del peronismo. Su conclusión es que sin gobernadores no hay Alternativa Federal, algo que podría quedar de manifiesto en la cumbre de mañana.

A partir del video que Cristina Kirchner subió el sábado a la mañana, todo lo que se venía cocinando a fuego lento salió del horno así como estaba. Schiaretti, que pretendía manejarse en la política nacional con tiempos cordobeses, apuró la convocatoria que definirá el futuro del espacio. Están invitados los precandidatos Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Pichetto, más el grupo de gobernadores que consiguieron reunir en diciembre pasado en la Casa de Córdoba.

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También fue invitado Lavagna pero antes se tomará un café con Schiaretti, quien hoy llegará a Buenos Aires. En la agenda del reelecto gobernador de Córdoba figura a la tarde una reunión con Macri en la Casa Rosada, con quien se sabe que mantiene una amistad de años. Pero tal vez más sustancioso sea el contacto que mantendrá con Lavagna con el objetivo de convencerlo de que si quiere ser candidato a presidente tendrá que competir en las PASO con Massa y Urtubey.

“¿Vamos a hacer una PASO entre uno que se quiere ir para un lado, entre otro que se quiere ir para otro lado, y nosotros que ratificamos Consenso 19? ¿Cuál es el sentido lógico de eso?”, respondió ayer Lavagna cuando lo consultaron sobre el meneado tema de las primarias. Las diferencias entre Massa y Lavagna –cuya relación personal se deterioró mucho en los últimos tiempos– se agravaron desde el fin de semana.

Massa plantea que el corrimiento de Cristina Kirchner a la candidatura a vice es una buena señal y en su entorno opinan que se abre un espacio para acuerdos que no terminan de especificar. Como al pasar, deslizan que un mes es mucho tiempo y quizás la fórmula Fernández-Fernández no esté firme aún. ¿Cree que la ex presidenta desistirá de postularse? Con todo, en público, Massa insiste que su apuesta es fortalecer Alternativa Federal y competir en las PASO por la presidencia.

Lavagna, por su parte, sostiene que la postulación de Alberto Fernández no cambió nada. “Hay un lado de la grieta que sigue estando, simplemente designó su fórmula. No hay cambio desde el punto de vista de cómo ven al país”, dijo el ex ministro, quien dio una charla en la Universidad del Salvador.

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En este sentido, Schiaretti piensa parecido a Lavagna. “Alternativa Federal va a tener fórmula propia, no vamos a formar parte ni de las alianzas que algunos plantean por parte del kirchnerismo ni con Cambiemos”, enfatizó ayer al gobernador cordobés, que sólo viene hablando con medios de su provincia. Respecto al método de elección, gambeteó. “Al candidato lo vamos a elegir entre todos antes del 22 de junio. Pero hay que bajar la ansiedad, falta un mes, que en tiempos de Argentina es un siglo”, analizó. En verdad, respecto a la necesidad de ir a una primaria, Schiaretti opina como Massa. Queda esperar si puede convencer  a Lavagna para llegar a la cumbre  con un piso mínimo de consenso.

El otro riesgo respecto a esa reunión decisiva –se mantiene en reserva el lugar pero podría ser nuevamente la Casa de Córdoba– pasa por la asistencia de los gobernadores, el respaldo territorial que le da sustento a Alternativa Federal. Muchos de los que participaron en la anterior reunión, en diciembre, también con Schiaretti como anfitrión, estuvieron entre los primeros que el sábado salieron a felicitar a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner por su decisión. Por ejemplo, el tucumano Juan Manzur, el santiagueño Gerardo Zamora, el riojano Sergio Casas y el chaqueño Domingo Peppo. Otros, como el entrerriano Gustavo Bordet y el sanjuanino Sergio Uñac fueron más ambiguos, pero lo más probable es que tampoco asistan al encuentro dado que falta poco para las elecciones en sus provincias y puede que no quieran enojar a nadie del armado de unidad que tejieron en sus distritos. Un atajo es mandar algún representante.

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Alberto Fernández trabajó con todos ellos. Cerca del flamante candidato admitían que los gobernadores eran el primer objetivo a seducir cuestión de quitarle sustento a Alternativa. “Calculamos que sólo van a quedar ahí Schiaretti y Urtubey”, pronosticaban. Desde el sector de Massa, no descartaban esa posibilidad y adelantaban: “nosotros vamos a hacer lo que digan los gobernadores”. Las definiciones se acercan.

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