El aumento se explica por la actualización parcial del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y los incrementos que registraron el barril de crudo y el dólar desde el último ajuste aplicado el mes pasado. En los próximos meses seguirán las subas.

La petrolera YPF aumentó hoy 2,8 por ciento el precio de sus combustibles por la actualización trimestral del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y los incrementos que registraron el barril de crudo y el dólar desde el último ajuste aplicado el mes pasado. En la Ciudad de Buenos Aires, la nafta premium ya cuesta 44,62 pesos y la super a 38,67 pesos, aproximadamente. En base a esas variables la suba debería haber tenido un piso de al menos un 5 por ciento, pero el gobierno decidió ayer que el aumento previsto del ICL sea un 50 por ciento menor a los montos establecidos, quedando el otro 50 por ciento para ser aplicado en abril. YPF también colaboró para amortiguar el impacto ya que decidió no trasladar todo el impacto generado por el aumento del dólar y el crudo, el cual apuesta a aplicar en los surtidores de manera gradual durante en los próximos meses.

El componente del ICL, que hasta ayer estuvo a 8,903 pesos por litro, debía subir hoy a 9,936 pesos, a lo que se le debe sumar el valor fijo del impuesto a las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que correspondía ajustar de 0,545 a 0,608 centavos por litro, según los valores establecidos por AFIP a partir de la inflación del cuarto trimestre. A ese subtotal, de 10,544 pesos por litro, se le tenía que descontar 12 por ciento de corte de bioetanol porque no está gravado. De este modo, por cada litro de nafta se pagaría 9,28 pesos de impuestos internos -contra los 8,31 pesos actuales- a los que luego hay que agregar el IVA y los Ingresos Brutos Provinciales. Esto significa, por ejemplo, que solo por el ILC en la Ciudad de Buenos Aires la nafta premium de YPF, que hasta ayer costaba 43,40 pesos, debería subir, sólo por la aplicación de ese impuesto, 2,2 por ciento y la nafta super, que estaba a 37,62 pesos, un 2,6 por ciento. A ese ajuste parcial restaba sumarle el incremento del crudo tipo Brent que trepó 7,3 por ciento y el impacto del dólar que desde el último aumento se incrementó 2,7 por ciento. La suba del crudo es la que más impacta en las naftas porque tiene una incidencia en la estructura de costos que oscila entre el 70 y 80 por ciento. Como consecuencia de este combo el aumento en marzo debía estar entre 5 y 7 por ciento.

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Sin embargo, desde gobierno informaron ayer que la ley de impuesto a los combustibles prevé la posibilidad de que el Poder Ejecutivo pueda establecer reducciones a dicho impuesto cuando lo estime conveniente. A raíz de ello, la Secretaría de Ingresos Públicos estableció que para marzo el aumento del ICL sea un 50 por ciento menor a los montos establecidos. El otro 50 por ciento se aplicará en abril. Por su parte, YPF, controlada por el Estado Nacional, decidió no trasladar todo el aumento del crudo y el dólar. Así fue como terminó redondeando un ajuste de solo 2,8 por ciento.

El incremento gradual responde en parte a la fuerte caída que viene registrando a venta de combustibles. La Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos y Afines informó que en enero las ventas cayeron 3,6 por ciento interanual. El mayor impacto se produjo en el segmento de naftas premium que se derrumbó un 26 por ciento ya que muchos automovilistas optaron por la nafta super para atenuar el impacto.

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