Moreno, quien asumió por el partido Alianza País del expresidente Correa y luego cambió su rumbo de gobierno hacia políticas de austeridad y reformas alineadas a las recetas del FMI, aseguró que le prestarán más de U$S 10.000 millones.
Ayer, en una rueda de prensa en la sede de la Presidencia, el ministro de Finanzas Richard Martínez detalló que el FMI tendrá una participación de 4.209 millones de dólares, y calificó de inédito al acuerdo alcanzado con distintos organismos multilaterales de crédito. A esa cantidad, se sumarán el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, con 1.800 millones de dólares, el Banco Mundial con 1.744 millones, y el Banco Interamericano de Desarrollo con otros 1.717. El Banco Europeo de Inversiones aportará a esos fondos de crédito 380 millones, el Fondo Latinoamericano de Reservas otros 280 millones, y la Agencia Francesa de Desarrollo 150 millones adicionales, lo que en total suma una línea de crédito de 10.279 millones de dólares.
“Me complace anunciar que el personal técnico del FMI y las autoridades ecuatorianas han llegado a un acuerdo en apoyo del plan de política económica”, indicó Anna Ivanova, jefa de la misión del FMI para Ecuador, en un comunicado. Ivanova explicó que el acuerdo técnico de asistencia financiera durará tres años. Según afirma en el comunicado, el acuerdo apunta a impulsar una economía más dinámica, sostenible e inclusiva. “Es parte de un esfuerzo más amplio de la comunidad internacional que incluye un apoyo financiero de casi 6.000 millones de dólares en los próximos tres años del Banco de Desarrollo de América Latina-CAF, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo de Reserva Latinoamericano (FLAR) y el Banco Mundial”, explicó Ivanova y luego agregó que el acuerdo se presentará en las próximas semanas al Directorio Ejecutivo del Fondo para su consideración y ratificación.
Ecuador, cuyo principal producto de exportación es el petróleo, desde los últimos tiempos sufre dificultades financieras. Según cifras oficiales, el presupuesto de anual para 2019 fue aprobado en 31.300 millones de dólares y la deuda externa pública alcanzó los 35.730 millones (32,6 por ciento del PIB) en diciembre pasado. Además, en octubre pasado, el organismo dirigido por Christine Lagarde constató una retirada de la economía ecuatoriana al rebajar sus previsiones de crecimiento hasta el 1,1 por ciento en 2018 y al 0,7 por ciento para 2019.
Las conversaciones con el FMI se conocieron a finales de enero cuando el ministro de Economía y Finanzas destacó que Ecuador había reconstruido su relación con el organismo financiero internacional luego de la llegada al poder de Moreno y que ya estaban en conversaciones para encontrar una solución sólida sobre sus necesidades de financiación. La semana pasada, el propio FMI, con el que Ecuador firmó más de una decena de acuerdos entre 1961 y 2003, anunció que estaba negociando un posible pacto con Quito. La directora general del FMI entonces destacó su apoyo a los “esfuerzos de reforma” de Moreno y a su “fuerte enfoque” en la protección de los más pobres.
Durante la década de Gobierno del expresidente Correa (2007-2017), Ecuador mantuvo una relación tensa con la institución, a la que el entonces mandatario acusó de atentar contra la soberanía de los países al imponer fuertes condicionamientos para acceder a sus créditos, por lo que resolvió suspender sus lazos con el organismo. En la antesala de la llegada del Fondo, el gobierno redujo la semana pasada el número de instituciones públicas y eliminó subsidios a los combustibles, lo que desembocó en una semana de protestas continuas para pedir la renuncia de Moreno.