Nuevos resultados de la autopsia confirman una de las primeras hipótesis sobre el crimen: la dentista Gisella Solís Calle murió intoxicada con un insecticida agrícola, el mismo que encontraron en el cuarto donde se mató su novio.

Un informe complementario de la autopsia a la odontóloga Gisella Solís Calle, cuyo cadáver fue hallado el 29 de enero a la vera de un arroyo cerca del Camino Negro, confirmó una de las primeras hipótesis de la investigación: la mujer falleció por una intoxicación por envenenamiento.

De acuerdo con los peritajes, en su estómago se encontró uno de los componentes del veneno que tenía en su poder su pareja cuando se suicidó. Según circuló, se trataría de metomilo, un insecticida agrícola de alta potencia para control de plagas.

Los resultados preliminares de la autopsia no habían arrojado una causal de muerte evidente porque la mujer no presentaba lesiones de ataque ni de defensa ni signos de asfixia. Eso revivió las conjeturas de un posible envenenamiento, en línea con las primeras suposiciones que despertó el descubrimiento de una serie de elementos encontrados en la casa de la odontóloga en la localidad de Berisso y del insecticida que fue encontrado en la habitación del hotel platense donde su novio, Abel Casimiro Camp, se suicidó antes de ser detenido por la Policía.

En la casa de la mujer habían quedado dos copas de vino a medio tomar y se había encontrado un vómito en el baño. Esos dos elementos terminaban por configurar la hipótesis de envenenamiento, que luego fue desestimada ante los primeros peritajes sobre las copas, ya que no encontraron rastros de sustancias tóxicas.

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“Tenía en su estómago componentes de un insecticida que coincide con el que le encontraron en poder de Abel Casimiro Campos, pareja de la víctima, cuando se suicidó de un tiro”, confirmó a la prensa una fuente judicial con acceso al expediente. Apuntó que los peritos encontraron partículas de uno de los varios componentes de ese insecticida en el estómago de Solís Calle, y que el resto podría haberse disipado del cuerpo como ocurre con ese tipo de productos. Para la fuente consultada, hay dos indicios de que la muerte fue provocada por el mismo veneno que tenía Campos. El primero es que esa sustancia fue hallada en el estómago de la víctima y el segundo es la “poca fauna cadavérica” que había en los restos de la mujer. Explicó que eso ocurre cuando el cadáver tiene algún tipo de sustancia que retrasa la descomposición natural y aleja todo tipo de fauna. Si el cuerpo se hubiera hallado unos días más tarde, “probablemente ya no se hubiera encontrado nada de ese producto, porque es una sustancia que tiende a desaparecer”, apuntó la fuente.

Con este resultado, sólo resta conocer el resultado de los análisis de las vísceras, en manos de peritos del laboratorio de la Procuración, pero la fiscal Ana Medina, a cargo de la causa, tiene elementos para confirmar que la causal de la muerte fue por envenenamiento.

“Si bien todavía quedan algunos elementos, ya se puede afirmar que no murió por muerte natural y que fue un homicidio”, confiaron las fuentes.

En relación con la investigación sobre posibles cómplices, los investigadores sospechan que no hubo más personas involucradas, aunque se seguirá indagando.

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