Durante la declaración, el falso abogado lloró, incurrió en contradicciones y buscó convencer al juez, a pesar de las pruebas, de que no tiene relación con Stornelli. D’Alessio insistió en que fue engañado por dos agentes de inteligencia.

“Me cagaron. Soy un boludo. Soy un muerto civil”. Casi llorando e implorando que le permitan volverse a su casa, aunque sea con una tobillera, el falso abogado Marcelo D’Alessio dedicó su declaración indagatoria en Dolores a tratar de persuadir al juez de que no es “cajero” del fiscal Carlos Stornelli sino que fue engañado por el Gobierno nacional a través de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y en especial a través de uno de los tantos ex comisarios que hoy revistan en la ex SIDE, Ricardo Bogoliuk. No le será fácil sostener lo que dice, empezando por la coartada ofrecida donde dice que le pidió plata al empresario Pedro Etchebest para saber de dónde sacaba los fondos porque investigaba la ruta del dinero K. El argumento no pasa el filtro de la peor película de la historia de Hollywood. Y, para colmo, entre D’Alessio y Stornelli hay whatsapp, llamadas y, sobre todo, una reunión de tres horas en Pinamar, luego un paseo del fiscal en la camioneta del falso abogado y finalmente el pedido de 300.000 dólares, además de dos pagos por un total de 14.700 dólares. Si el juez habla de una asociación ilícita da la impresión que piensa que todos fueron parte de la jugada, incluyendo al fiscal. No es casual que haya pedido los datos del celular de Stornelli y éste contestó, a través del juez Julián Ercolini, pidiéndole al juez de Dolores que se aparte de la investigación.

La declaración del falso abogado se conoció ayer tras el levantamiento del secreto de sumario en la causa radicada en Dolores. El juez Alejo Ramos Padilla, contra su voluntad, se vio obligado a levantar el secreto de la causa a raíz de la presión de Comodoro Py: como el juez Julián Ercolini le reclamó que le enviara el expediente, Ramos Padilla tuvo que pedirle opinión a todas las partes por lo que no tuvo otra alternativa que levantar el secreto. Seguramente le hubiera gustado seguir investigando sin que los imputados de integrar la asociación ilícita tuvieran exagerado tiempo para conocer la denuncia y lo que dijo D’Alessio y, de esa manera, planificar su estrategia.

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Las presiones de Comodoro Py no ocultan un hecho categórico: Stornelli no entregó su celular, tardó cinco días en denunciar a D’Alessio y hasta el día de hoy no exhibe sus mensajes con el falso abogado ni explica su relación. Es importante porque hoy se peritan los celulares y computadoras en el Edificio Centinela e intervienen técnicos designados por el juzgado.

La indagatoria de D’Alessio arrancó de forma colorida: le preguntaron su nivel de instrucción y no pudo contestar, porque es falso abogado; le preguntaron por sus ingresos y también se negó a responder. En las 34 páginas que ocupan la declaración, esbozó los siguientes argumentos:

  • “El que me encargó la investigación es un alto cargo de la AFI, (Ricardo) Bogoliuk, que estuvo en la DDI de La Matanza, en Mar del Plata, en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y con Stornelli en el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. Me dijeron que si hacía bien éste trabajo iba a ser Director de Asuntos Complejos de la AFI”. D’Alessio dice que se reunía con Bogoliuk en el hotel NH de la calle Bolívar y que el objetivo era investigar de dónde sacaba la plata Etchebest, una forma de indagar sobre la ruta del dinero K. El libreto es insostenible.
  • “Las capturas de pantallas que presentó Etchebest están modificadas. Los audios están editados. Yo sé con qué tecnología trabajan”, dijo. D’Alessio dice que Bogoliuk estaba en combinación con Etchebest y le tendieron una trampa para que pidiera los 300 mil dólares. Todo es contradictorio, porque dice que Bogoliuk trabaja con Stornelli, que trabaja en la AFI y que las grabaciones y mensajes se falsearon para perjudicar a Stornelli.
  • “Ya está, no me dieron el cargo. Soy un boludo. Me cagaron. Quiero colaborar. Si quiere le abro mi Iphone y mi Samsung 8”, le dijo al juez. Cuando el fiscal Juan Pablo Curi propuso que entregara las claves para desbloquear los celulares, D’Alessio dijo que lo haría sólo si le permitían volver a su casa, aunque sea con tobillera. La respuesta fue no.
  • “El viaje a Pinamar lo quiso hacer Etchebest. Decía que estaba deprimido. Quería acompañarme. Yo ya iba a ver a Stornelli. Cuando se dieron la mano fue porque Etchebest se hacía pis y justo también fue Stornelli. No fue ningún pacto”. Las explicaciones son confusas y no explican qué hizo tres horas con el fiscal y cómo le pidió el dinero a Etchebest al mismo tiempo.
  • “Bogoliuk y otro comisario (Aníbal Degastaldi) iban a buscar ellos los 300.000 dólares de Etchebest”. Es un argumento que no cambia nada: el dinero fue pedido tras el encuentro de D’Alessio con Stornelli y con Etchebest sentado en una mesa contigua. La imputación por asociación ilícita hace pensar que los comisarios fueron parte de la maniobra y no que estaban enfrentados a D’Alessio.
  • “Stornelli no tiene la más puta idea de todo esto. Me dijeron que lo mencione porque estuve dos veces con él. Si abren los teléfonos van a encontrar una puteada de él por este tema. El no tenía nada que ver”. O sea, el falso abogado estuvo tres horas con Stornelli cuando éste estaba de vacaciones; antes que eso, en noviembre declaró de manera asombrosa, como Stornelli necesitaba, en la causa del Gas Natural Licuado; hay whatsapp, hay audios, hay un pedido de que le haga una cámara oculta al abogado José Manuel Ubeira y, según parece, existe una llamada de Stornelli enojado por el escándalo. Aún así, D’Alessio dice que casi no tiene relación con el fiscal. El objetivo de la declaración fue desmarcarse de la extorsión y de la imputación por asociación ilícita, que en este caso consiste en que actuó como “cajero” de Stornelli, en banda con otras personas.
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Toda la declaración exhibe el submundo tanto de Comodoro Py como de la AFI. En la causa queda claro que Stornelli mantiene relación con un falso abogado al que recibe en un balneario o que entra a su fiscalía sin tener ni título ni matrícula pero nada aparece en el expediente. En Dolores quedó consignado que en dos oportunidades hubo pedidos de dinero en nombre de Stornelli. En octubre pasado, extorsionaron a los hijos de Ricardo Barreiro, colaborador de los Kirchner, y terminaron pagando 40.000 dólares con la promesa de no ir presos. Ahora, D’Alessio a Etchebest para mejorarle una supuesta situación complicada en la causa de los cuadernos.

D’Alessio terminó adjudicándole todo al comisario retirado Bogoliuk, y en menor medida al comisario Degastaldi, ambos apartados durante la gestión de León Arslanián. Luego Bogoliuk estuvo por un año y medio en la PSA, en tiempos de Marcelo Saín, y se dice que en 2016, con el gobierno de Cambiemos, Bogoliuk y Degastaldi entraron a la AFI convocados por quien maneja la inteligencia, Silvia Majdalani. Según los medios de la época, los dos ex comisarios fueron apartados por motivos más que turbios. Conociendo el escándalo, los comisarios enviaron a Dolores un abogado pero el juez les hizo saber que deben presentarse personalmente. Algunos dicen que corren el riesgo de quedar detenidos por ser parte de la asociación ilícita.

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