El ex presidente llegó al juicio por encubrimiento múltiplemente acusado. Por un lado, de ser instigador de los delitos de encubrimiento y falsedad ideológica reiterado en ocho oportunidades. Por otro, de haber abusado de su autoridad como jefe de Estado por los hechos que llevaron a la interrupción de la investigación de la pista que involucraba a Alberto Jacinto Kanoore Edul y a gente de su entorno con el atentado. Enfrenta penas de entre cuatro y 14 años.

El gancho que une a Menem con el encubrimiento del atentado es la llamada “pista siria”. Al ex presidente se lo acusa de ser quien dio la orden a la Justicia, representada en el expediente que debía esclarecer el acto terrorista por el ex juez Juan José Galeano y los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. 

La pista siria es aquella que vinculaba a los Kanoore Edul con el atentado, una familia de origen sirio con buenas relaciones con quienes entonces concentraban el poder político en el país. Alberto Kanoore Edul, el hijo del capataz de esa familia árabe y quien fue fugazmente investigado por ataque terrorista hasta que la pista siria fue abandonada, señaló que su padre había colaborado desde las relaciones sociales con la campaña presidencial de Menem. 

Según el expediente del encubrimiento, Kanoore Edul padre visitó a Menem en la Casa Rosada dos semanas después de la explosión que hizo añicos la sede de la AMIA, mató a 85 personas e hirió a otras cientos, el mismo día, casualmente, que la casa de su hijo era allanada. 

La investigación judicial que indagó en el encubrimiento del ataque concluyó que, tras esa reunión, Menem ordenó a su hermano Munir que hable con Galeano y le ordenara la interrupción de aquella pista, cosa que sucedió efectivamente tiempo después. El abandono de la “pista siria” incluyó la desaparición –por un supuesto robo– de los casettes que contenían las escuchas a las líneas telefónicas de Alberto Kanoore Edul. 

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Pase lo que pase hoy, Menen ya está condenado. En 2015, un tribunal oral lo condenó a cuatro años y medio de prisión por el pago de sobresueldos a ex funcionarios de su Gabinete con recursos reservados de la SIDE. Esa pena fue confirmada por la Cámara de Casación, quien además le concedió al ex mandatario la posibilidad de recurrir ambas decisiones ante la Corte Suprema. Allí aguarda la sentencia a que quede definitivamente firme. En 2013, el actual senador por La Rioja había sido condenado, también, a siete años de cárcel por la causa que investigó tráfico de armas a Croacia y Ecuador. El año pasado, ese fallo fue dejado sin efecto por el tribunal de alzada, quien consideró que los delitos habían prescripto.

De todas las querellas que participan en el juicio por el encubrimiento del atentado, la Asociación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA fue la que solicitó la condena más dura para el ex presidente: 14 años de prisión. Los otros colectivos de familiares que tienen representación en la sala de audiencias de Comodoro Py, Memoria Activa y Agrupación 18J, exigieron para menem seis años de encierro. La Fiscalía, cuatro. 

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