Fiel a la costumbre de iniciar su discurso con alguna humorada o comentario que tenga esa intención, el presidente Mauricio Macri comenzó un acto encabezado con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, haciendo un resignado reconocimiento al apodo con que popularmente se lo menciona. “Qué particularidad que Vidal y Macri ‘El Gato’ terminen las obras del Arroyo El Gato”, disparó de manera particular el mandatario, generando zozobra en el escaso auditorio que lo acompañó.

La confesión de parte del jefe de Estado tuvo lugar en la localidad de Ensenada durante una recorrida por las obras en la Cuenca del Río Salado, que no necesariamente está conectado con el arroyo que lleva el nombre que el presidente se atribuyó como apodo.

Quien mencionó El Gato fue Vidal cuando hizo una enumeración de las tareas hidráulicas de su gestión. Como sea, el comentario de Macri no fue el primero de su tipo. “No sé bien qué hora es porque estoy con el cambio de horario de venir de la India, pero creo que es de mañana”, dijo para hacer sonreír a quienes lo acompañaron.

También, para dimensionar la magnitud de las obras realizadas en esa cuenca hizo una llamativa comparación: “Con la tierra que se sacó aquí podríamos llenar toda la 9 de Julio a la altura de tapar el Obelisco”, dijo.

Luego prometió que, cuando finalice esa obra (la de la cuenca, no la del Obelisco tapado de tierra), los productores agropecuarios “no van a volver a sufrir cuando llueva”, y advirtió sobre las consecuencias del cambio climático que, reparó, “vino para quedarse”. Entonces, dijo, “tenemos que prepararnos para las futuras inundaciones y conservar el agua, porque es cíclicamente sequía-inundación, sequía-inundación”.

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Antes de hacer un repaso por sus anécdotas en la India, el mandatario aseguró que “tenemos una economía que comienza a ordenarse” y para fundamentarlo recurrió a los cliché de que “no se puede gastar más de lo que se tiene”, que “no se puede vivir de prestado”, de lo bueno que es “vincularnos con el mundo” y de que “no hay que esperar que los de afuera vengan a solucionar nuestros problemas”.

Luego, sí, recordó su viaje por India y Vietnam y se sorprendió de lo “maravilloso que es el nivel de atracción, de curiosidad, de afecto, que (los ciudadanos de ese país) tienen por nosotros. Es increíble”, exageró. “Ellos tienen ganas de hacer algo con nosotros”, dijo en referencia a la llegada de posibles inversiones.

También del «nivel de excitación» y lo «enloquecidos» que estaban «los empresarios pyme» que lo acompañaron en ese viaje, alguno de los cuales «ya empezaron a vender». «Imaginemos que en Vietnam son 100 millones de habitantes y en la India son 1.300 millones de habitantes», destacó para tratar de dimensionar el impacto de lo que podrían ser los acuerdo comerciales entre esos países y la Argentina.

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