Las autoridades dijeron que los muertos ascendían a 79 y que, por la gravedad de las quemaduras, faltan los datos de 54. La investigación se centrará en perseguir a quien causó la tragedia y no en victimizar a las comunidades.

Las autoridades mexicanas terminaron ayer las labores de búsqueda de víctimas de la tragedia ocurrida en el municipio Tlahuelilpan donde explotó un ducto de combustible mientras era saqueado por cientos de civiles. En su tercera conferencia de prensa desde lo sucedido en la madrugada del sábado, el presidente Andrés Manuel López Obrador insistió con su consigna de terminar con la corrupción en la empresa de Petróleos Mexicanos (Pemex). En compañía del gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, el ministro de Salud, Jorge Alcocer, y el fiscal general de México, Alejandro Gertz, el líder mexicano indicó que la cifra de fallecidos llegó a 79. El ministro de salud agregó en tanto que 66 personas continúan internadas en hospitales de la localidad mientras que los casos más complejos fueron trasladados a la capital del país. “Hay pacientes graves con quemaduras de más de 80 por ciento y que desde luego tienen compromiso en sus tejidos internos, en sus órganos que les prevén un pronóstico reservado”, dijo Alcocer. Luego afirmó que la gravedad de las quemaduras en 54 de los fallecidos impidieron su identificación, advirtiendo la necesidad de urgentes pruebas genéticas.

En la cercana localidad de Mixquiahuala, autoridades locales acondicionaron una oficina para realizar estos exámenes. Mientras tanto afuera del edificio varios familiares esperan su turno y confían en que podrán indentificar a las víctimas.”En ninguno, en ningún hospital están, ya buscamos”, dijo Víctor Reyes, hombre de 40 años que busca a su esposa y a su cuñada.

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El estallido ocurrió la madrugada del sábado en el municipio de Tlahuelilpan, a 120 kilómetros de Hidalgo, luego de que traficantes de combustible perforaran un ducto y más de 700 personas, muchas de ellas familias enteras, asistieran para cargar baldes con gasolina. Dos horas después se registró la explosión y el seguido incendio. De inmediato llegaron 25 militares que, según dijeron, no consiguieron disuadir a los pobladores de retirarse y optaron por no confrontarlos. El ducto estaba en proceso de llenado, luego de que el 23 de diciembre se suspendió su operación por órdenes de López Obrador que lanzó una campaña para combatir el llamado “huachicoleo”, como se conoce el robo y tráfico de combustible. Un delito que denunció deja pérdidas de unos 3.000 millones de dólares anuales. El presidente izquierdista de 65 años dijo que seguirá con su estrategia de combatir el robo de combustibles, un delito que repuntó en México de la mano del narcotráfico como parte de la diversificación de sus actividades delictivas.

“La principal tarea es estabilizar a las personas para continuar con los tratamientos correspondientes”, apuntó el gobernador de Hidalgo, que ayer visitó varios hospitales junto a la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller. Además indicó que ya se abrieron 59 carpetas de investigación para certificar los datos de las víctimas, y añadió que se están atendiendo a unas 300 personas que buscan identificar restos humanos. “El panorama se ha ido endureciendo para todos nosotros, a medida que han pasado las horas las expectativas de encontrar personas vivas prácticamente han desaparecido. Y entre las que se encuentran heridas en muchos casos se ha ido agravando”, apuntó Fayad. Al finalizar su intervención el gobernante anunció que algunos heridos serán trasladados a un centro especializado de Estados Unidos, en Galveston, Texas. En tanto, la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kirstjen Nielsen, expresó por Twitter sus condolencias a las víctimas y dijo que su despacho está listo para ayudar al gobierno mexicano.

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Sobre la investigación, el fiscal general mexicano, Alejandro Gertz, reconoció la dificultad debido a que la explosión fue de tal magnitud que solo quedó el terreno, dijo y agregó que por eso serán determinantes las entrevistas con la población. El reciente nombrado fiscal explicó que el ducto transportaba gasolina que tenía la particularidad de emitir muchos gases, lo que facilitó la explosión. Sin embargo, afirmó que aún no están determinadas las causas exactas del incendio. Según Gertz, hasta el momento no se han detectado armas entre los vecinos y la investigación se centrará en perseguir a quien causó la tragedia y no en victimizar a las comunidades. Finalmente puntualizó que todavía no hay ninguna persona detenida y que los hospitalizados podrían afrontar cargos por el robo de gasolina.

Desde la catástrofe López Obrador, el ministro de salud y el gobernador dieron tres ruedas de prensa de casi hora y media cada una y en todas ellas el presidente insistió en que continuará su lucha por frenar el robo de combustible. “Vamos a relanzar Pemex y hacerla una empresa estratégica. No voy a dar un paso atrás, no voy a ceder en la lucha contra la corrupción. Quiero ser parte de la transformación de México”, lanzó López Obrador luego de destacar el accionar de la fuerza pública en la tragedia.

Desde el sábado, decenas de mandatarios y funcionarios del mundo se solidarizaron con el país azteca. Los mandatarios de Bolivia, Cuba, Perú, Chile, Colombia, Venezuela, Brasil y Nicaragua, entre otros, enviaron sus condolencias a las familias mexicanas. La de Tlahuelilpan fue la mayor tragedia derivada del robo de combustible, una práctica que ha provocado otros incidentes pero que nunca había dejado tantas víctimas.

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