Todavía no hay definición sobre el posible desdoblamiento de los comicios provinciales. Mientras tanto, los candidatos del peronismo siguen recorriendo el distrito, pero todos coinciden en una misma premisa: la unidad.

La indefinición acerca de qué sucederá con las elecciones en la provincia de Buenos Aires -desdobladas o unificadas con las nacionales– colocó en un impasse la candidatura a gobernador del peronismo, pero eso no quiere decir que los aspirantes se hayan quedado quietos. Martín Insaurralde, Verónica Magario o Fernando Espinoza y Axel Kicillof en primer término, con Paco Durañona y Daniel Arroyo más rezagados, son quienes hasta ahora han mostrado sus intenciones de postularse y a esta altura nadie cree que pueda surgir un nombre por fuera de esos. Se da una curiosidad: en el distrito más importante del país el peronismo de Alternativa Federal no tiene ningún candidato en danza, por lo que hay que pensar que puso sus fichas a la posibilidad de un acuerdo de unidad.

Las especulaciones varían día a día. La gobernadora María Eugenia Vidal le lleva en la Provincia una considerable distancia en las encuestas al presidente Mauricio Macri, entre 5 y 10 puntos. Por otro lado, en la danza de aspirantes a la presidencia, Cristina Kirchner se mantiene como la figura más fuerte en el distrito, principalmente en los municipios más populosos del Conurbano. Por eso Vidal y su entorno pugnan por el desdoblamiento, pero Macri y su jefe de Gabinete y estratega electoral, Marcos Peña, ya resolvieron que el objetivo número uno es la reelección del Presidente así que todos los distritos de Cambiemos tienen que aportar a ello unificando los comicios con los nacionales. Vidal jugará una última carta con el argumento de que un triunfo amarillo en la Provincia servirá para cortar la seguidilla de victorias opositoras que se esperan en todo el país. La percepción en el peronismo es que la gobernadora no se saldrá con la suya, pero probablemente consiga algunas cosas a cambio. Tal vez le resuelvan los problemas presupuestarios que se le presentan para este año electoral.

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Una elección desdoblada y una unificada reclaman distinto tipo de candidatos. Si fuera desdoblada, el peronismo no contaría con la presencia traccionadora de Cristina Kirchner -si damos por hecha su postulación a la presidencia- por lo que necesitaría un candidato fuerte, con la potencia necesaria para competir mano a mano con Vidal, la principal figura electoral de Cambiemos.  Ese escenario es el que mejor le sienta a Kicillof. El ex ministro de Economía hizo una sorpresiva jugada al fijar domicilio en la Provincia y anotarse en la lista de aspirantes a la gobernación, dejando de lado la Capital, un distrito con escasos candidatos opositores pero en el que el macrismo se ve imbatible. Kicillof es una de las figuras nacionales del kirchnerismo y, luego de algunas visitas al interior, en los últimos días volvió a hablar de una posible postulación bonaerense y se concentró en la Provincia, acentuando las críticas a la gobernadora. “Vidal es Macri. Basta de ese juego de querer despegarse. La realidad de los bonaerenses es el resultado de sus políticas y la gobernadora debe hacerse cargo”, dijo el viernes en Mar del Plata, con la compañía del presidente del PJ Bonaerense, Fernando Gray, y de la diputada Fernanda Raverta, posible apuesta en el municipio. Según quienes manejan encuestas, Kicillof es el postulante mejor retiene el voto de la ex presidenta.

Pero, parecería, la elección se unificará con las de octubre. En esta alternativa tallan más los intendentes con peso territorial, quienes el sábado 26 realizarán el tradicional encuentro anual en el Partido de la Costa junto a la conducción partidaria para discutir la estrategia electoral. Esta vez, los jefes comunales se apresuraron en dejar en claro que quieren que sea uno de ellos quien represente al PJ. En los últimos días intendentes como Gabriel Katopodis (San Martín) y Juan Zabaleta (Hurlingham) salieron a hablar de Insaurralde y en los próximos días lo harán algunos otros. Candidato a diputado en 2013, el intendente de Lomas tiene a su favor un alto nivel de conocimiento y una gestión que lo respalda, le falta subir en intención de voto. Con perfil moderado, mantiene una amplia gama de relaciones que van desde Máximo Kirchner a Sergio Massa, y aparece como un candidato apto para traccionar votos independientes, por fuera del núcleo duro del kirchnerismo. Cuidadoso de cada paso que da, Insaurralde se mantiene agazapado mirando de reojo lo que ocurre con el desdoblamiento. “Lo único que va a lograr Vidal si desdobla es perder antes”, dijo esta semana en un reportaje a La Política Online, un poco más lanzado. “Queremos desbaratar la idea de que en una elección desdoblada Vidal gana fácil”, explicaron en su entorno.

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Pero si de peso territorial hablamos, La Matanza -”capital nacional del peronismo”- es insoslayable. “La maravilla de La Matanza es que tiene dos candidatos a la gobernación”, dijo el viernes la intendenta Verónica Magario, en referencia a ella y al diputado Fernando Espinoza. De acuerdo a una medición que realizó la encuestadora Aurelio en octubre pasado, los dos están en condiciones de ganar la Provincia si van en una misma boleta que Cristina Kirchner. Más allá de que ambos estén en la conversación, todo indica que finalmente Magario será quien vaya a la Provincia -Cristina Kirchner quiere una mujer sí o sí en la fórmula- y Espinoza se postulará al municipio. Un poco como ocurre con Kicillof, los representantes matanceros retienen el voto kirchnerista pero les cuesta pescar afuera.

Más allá de las diferentes posiciones, hay coincidencias. Visto lo que sucedió en las legislativas de 2017, cuando la división del peronismo en tres hizo que Cristina Kirchner perdiera con Esteban Bullrich, la apuesta tiene que ser unificar a todo el PJ en una boleta. Con los intendentes alineados detrás de la ex presidenta, a Alternativa Federal le cuesta horrores hacer pie en la Provincia, por lo que un acuerdo no suena extraño aunque, si la elección es unificada, hoy resulta difícil imaginar la ingeniería.

“Lista única o PASO”, repiten detrás de cada postulante. También dicen enseguida que las PASO mejor no, por aquello que sucedió con Aníbal Fernández y Julián Domínguez en 2015. Imaginan la resolución de la trama en un encuentro del que participen Cristina Kirchner y los intendentes, con encuestas sobre la mesa y el análisis de los pro y los contra de cada candidato. “Sabemos que Cristina no va a tensar la cuerda y va a salir una fórmula de común acuerdo. El candidato tiene que ser el que nos garantice ganar. Eso sí, para eso es indispensable que el peronismo vaya unido, sino vamos a repetir la historia de las últimas elecciones”, describía un intendente.

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