La protesta se realizó en simultáneo con las deliberaciones de los principales líderes mundiales en Costa Salguero. Hubo un fuerte operativo de seguridad. El documento acordado repudió la cumbre y las políticas del FMI.

“Denunciamos la sumisión del gobierno de Macri a las políticas que impulsa el G-20, como el acuerdo con el FMI que nos condena a una deuda ilegítima e impagable y al ajuste eterno”, leyó Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, frente al Congreso. Se trataba del documento que consensuaron más de medio centenar de organizaciones que, además,  protagonizaron una masiva marcha en contra de la cumbre del G20 que fue custodiada de cerca por una exagerada cantidad de efectivos de fuerzas de seguridad.

La movilización, convocada por el colectivo Confluencia Fuera G20-FMI, pudo realizarse luego de una larga negociación con el Gobierno nacional que en principio se negaba a permitir la marcha pero ante la presión y lo inevitable que iba a ser la marcha, terminó por ceder. Los movimientos sociales, políticos y los sindicatos que participaron fueron muy celosos a la hora de controlar la seguridad de las diferentes columnas que se trasladaron desde la intersección de las avenidas 9 de Julio y San Juan hasta el Congreso de la Nación (ver página 13).

Las diferentes columnas fueron ocupando su lugar previo a la marcha casi al mismo tiempo en que los presidentes y primeros ministros que forman parte de la Cumbre del G20 ingresaban a Costa Salguero. Los militantes bajo un sol implacable y los mandatarios internacionales con aire acondicionado. Las organizaciones reclamando una mejor distribución de la riqueza y los presidentes garantizando mayor riqueza de unos pocos en cada unos de sus países. El documento que leyó Cortiñas dio cuenta de esa dicotomía cuando dijo que las políticas que impulsa el G20 “implica salarios y jubilaciones a la baja. Flexibilidad laboral y liquidación del sistema previsional. Mayor desocupación, la falta de paritarias y persecución gremial. Y la profundización de la entrega de nuestro territorio, recursos y bienes comunes”. Por todo eso los que participaron ayer rechazaron el Acuerdo y repudiaron el pago de la deuda.

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“Repudiamos la presencia en nuestro país de Trump y demás líderes imperialistas, de los representantes de la banca internacional y las grandes transnacionales, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE. Connotados enemigos de la Humanidad. Proclamamos, ¡Fuera el G20! y ¡Fuera el FMI!”, rezó el documento leído frente al Congreso donde finalizó la marcha.

Entre la muchedumbre estuvo el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, quien aseguró que la cumbre “es la reunión de los que dividen el mundo en ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres” y por eso reclamó una mayor movilización. A pocos metros de allí estaba Hugo “Cachorro” Godoy de la CTA Autónoma que señaló al presidente Macri como “el virrey que entregó la política y la economía al FMI” y consideró que la marcha debía mostrarle a la cumbre del G20 que “queremos otra humanidad y otro desarrollo donde se respete la soberanía de los pueblos”. En la misma línea se expresó Roberto Baradel de Suteba, quien indicó que mientras en esas calles estaban los que defienden el derecho a la educación, la salud y  la vivienda, “en Costa Salguero están lo que concentran la riqueza y desarrollan planes de ajuste para los pueblos”.

El documento fue discutido y acordado por 55 organizaciones políticas, sociales, sindicales y de derechos humanos de la Argentina y el extranjero.  En ese texto le dedican un repudio al dispositivo de seguridad que instrumentó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y que definieron como “un verdadero cerrojo para aislar la ciudad” y señalaron que “ha generado un verdadero ‘estado de sitio’ de hecho”. Las organizaciones firmantes advirtieron que todo esta parafernalia “refuerza una escalada que acaba de cobrar la vida de los luchadores populares Ronald Orellana, Marcos Soria y Juan Carlos Britto”.

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Por otra parte, el documento indicó que “la ‘inteligencia’ de las potencias extranjeras actúa desembozadamente en colaboración con sus pares locales. Y una campaña de miedo y persecución, instrumentada a través de los medios de comunicación, pretende justificar tal afrenta a las libertades democráticas de la población y la violación de los derechos soberanos de nuestro pueblo” como justificativo de proteger al G20 pero señaló que en realidad los mandatarios “son responsables de verdaderas políticas de terror que sumen en la peor de las miserias a la mayoría de la humanidad; son de ellos y ellas de los que debe protegerse el pueblo argentino y todos los pueblos del mundo”. Cuando Nora Cortiñas terminó de leer el documento todavía continuaban ingresando columnas a la plaza del Congreso y todavía se escuchaban consignas contra el G20 y el Fondo Monetario Internacional.

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